Qué es el autismo?
- Alejandro Yrazabal
- 28 mar
- 5 Min. de lectura

Qué es el autismo?
El autismo, o Trastorno del Espectro Autista (TEA), es una condición del neurodesarrollo que afecta la comunicación, la interacción social y el comportamiento. Se llama "espectro" porque varía en intensidad y manifestación en cada persona, desde quienes necesitan apoyo significativo hasta quienes llevan una vida bastante independiente.
Principales características del autismo.
Dificultades en la interacción social 🧑🤝🧑
Dificultad para entender normas sociales o interpretar emociones en los demás.
Puede haber poco contacto visual o expresión facial limitada.
Preferencia por actividades solitarias o dificultades para hacer amigos.
Alteraciones en la comunicación 🗣️
Algunas personas pueden tener un lenguaje muy desarrollado, mientras que otras pueden ser no verbales.
Dificultades para comprender metáforas, bromas o doble sentido.
Repetición de palabras o frases (ecolalia).
Comportamientos repetitivos e intereses restringidos 🔄
Movimientos repetitivos (como balancearse o aletear las manos).
Intereses muy intensos en temas específicos (como trenes, planetas, números, etc.).
Necesidad de rutinas estrictas y dificultades con los cambios.
Sensibilidad sensorial 🔊💡
Hiper o hiposensibilidad a sonidos, luces, texturas o sabores.
Malestar con ruidos fuertes o ciertas prendas de ropa.
Qué debo saber si tengo trato constante con una persona autista?
1. Cada persona autista es única
No todos presentan las mismas características ni necesidades.
Algunos pueden ser muy comunicativos, mientras que otros pueden tener dificultades con el lenguaje.
Es importante observar y preguntar qué les hace sentir cómodos o incómodos.
2. La comunicación puede ser diferente
Evita usar lenguaje figurado o indirecto (como sarcasmo o doble sentido).
Sé claro y directo al hablar, utilizando frases simples y concretas.
Si la persona no es verbal, respeta sus formas alternativas de comunicación (señalar, escribir, usar pictogramas, dispositivos, etc.).
3. Pueden tener hipersensibilidad o hiposensibilidad sensorial
Algunas personas pueden sentirse abrumadas por luces brillantes, ruidos fuertes, texturas o ciertos olores.
Otras pueden buscar estímulos intensos (como tocar superficies repetidamente o acercarse mucho a sonidos fuertes).
Es útil identificar qué estímulos les afectan y adaptar el entorno si es posible.
4. La rutina y la estructura son importantes
Los cambios inesperados pueden generar ansiedad, por lo que es ideal anticiparles cualquier modificación en su rutina.
Usar horarios visuales o dar avisos previos ayuda a que se sientan más seguros.
5. Respetar sus intereses especiales
Muchas personas autistas tienen intereses muy profundos en ciertos temas (trenes, historia, números, animales, etc.).
En lugar de ver esto como una obsesión, es bueno valorarlo como una fortaleza que puede ayudar en su desarrollo.
6. No siempre expresan emociones de manera convencional
Pueden tener dificultades para identificar o expresar sus emociones.
Es posible que no reaccionen como se espera en ciertas situaciones sociales.
No significa que no sientan, simplemente lo procesan de manera diferente.
7. La sobrecarga sensorial y los colapsos no son berrinches
Un colapso (meltdown) ocurre cuando la persona se siente abrumada y no puede gestionar sus emociones.
Puede expresarse con llanto, gritos o incluso aislamiento.
Lo mejor es darle espacio, no presionarla y asegurarse de que esté en un ambiente tranquilo y seguro.
8. La inclusión y el respeto son clave
Evita forzar interacciones si la persona prefiere estar sola.
Escucha y aprende de ella en lugar de asumir cómo debería comportarse.
Trátala con la misma dignidad y respeto que a cualquier otra persona.
En el contexto familiar
La familia juega un papel crucial en el bienestar de la persona autista. Aquí algunas recomendaciones:
1. Aceptación y amor incondicional 💙
Entender que el autismo no es un problema ni una enfermedad, sino una forma diferente de percibir el mundo.
Evitar comparaciones con hermanos u otros niños.
Respetar su forma de expresarse y comunicarse.
2. Crear una rutina estable 📅
Las personas autistas suelen sentirse más seguras con horarios estructurados.
Avisar con anticipación si hay cambios importantes en la rutina.
3. Comunicación adaptada a sus necesidades 🗣️
Usar lenguaje claro, directo y sin dobles sentidos.
Si no habla, respetar su forma de comunicación (señales, pictogramas, escritura, etc.).
4. Espacios tranquilos y sensorialmente amigables 🏡
Tener un espacio donde pueda relajarse si se siente abrumado.
Evitar ruidos fuertes o luces intensas si le afectan.
5. Fomentar su independencia y habilidades sociales 🚀
Ayudarlo a desarrollar autonomía en tareas diarias según su capacidad.
No forzarlo a interacciones, pero sí enseñarle habilidades sociales de forma gradual.
6. Apoyar sus intereses especiales 🎨🚂🔢
Muchos autistas tienen intereses intensos en ciertos temas (trenes, música, ciencia, etc.).
En lugar de verlo como una obsesión, aprovecharlo para motivarlo en el aprendizaje.
7. Educarse y educar a otros familiares 📖
Informarse sobre el autismo y compartir información con la familia para evitar malentendidos.
Explicar a los hermanos cómo pueden apoyar y convivir mejor.
En el contexto religioso
Las comunidades religiosas pueden ser un espacio de apoyo y crecimiento espiritual, pero también pueden representar desafíos para una persona autista. Aquí algunas recomendaciones para favorecer su inclusión:
1. Respetar su forma de vivir la fe.
No todas las personas autistas expresan la espiritualidad de la misma manera.
Algunos pueden disfrutar los rituales y la repetición, mientras que otros pueden sentirse incómodos en reuniones grandes.
2. Adaptar la experiencia religiosa según sus necesidades.
Si los servicios religiosos son muy largos o ruidosos, ofrecer un espacio más tranquilo.
Permitir que tenga un objeto sensorial (como una pelota anti-estrés) para calmarse si es necesario.
3. Sensibilizar a la comunidad.
Educar a los que están al frente de los servicios religiosos y miembros de la comunidad sobre el autismo para evitar prejuicios.
Enseñar a los niños y jóvenes a respetar las diferencias.
4. Evitar juicios o exigencias poco realistas.
No asumir que una persona autista es "irreverente" si no mantiene contacto visual o no participa como los demás.
No forzar la interacción social ni interpretaciones religiosas estrictas sobre su comportamiento.
5. Incluirlo en actividades según sus fortalezas.
Si disfruta de la música, permitir que cante y felicitarlo por hacerlo.
Si prefiere tareas más estructuradas, puede ayudar en la organización de eventos o actividades especiales.
Permitir que contribuya a la comunidad en formas que se alineen con sus habilidades e intereses.
6. Ser paciente y flexible.
Si hay momentos de sobrecarga sensorial o crisis, permitirle retirarse sin presión.
Evitar comentarios como "está portándose mal" o "debe aprender a comportarse".
Informarnos bien, comprender y hasta en ocaisones tener sesiones de terapia, nos permitirá entender mejor a los seres queridos con autismo. Además, disfrutaremos mucho de su compañía y aprenderemos de ellos.
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