LEVANTARSE TEMPRANO Y SU INFLUENCIA EN LA SALUD

El investigador Abrahán Maslow, incluye el dormir entre las necesidades vitales del ser humano, desde luego que está condicionado, por levantarse tarde o temprano y su influencia positiva o negativa en la salud física y mental. Muchos científicos son partidarios, de que levantarse temprano, a eso de la 5:00 a.m., o cuando todavía es de noche. Algunos opinan que a esas horas la mayoría de los niños y adolescentes no han alcanzado el descanso exigido por el organismo, aún así algunos adultos hacen el habito, acorde con su desempeño laboral, motivos, estado de ánimo, energías positivas, optimismo, porque esto les trae ventajas personales como: aprovechar las horas de mayor actividad, se siente que los minutos pasan más rápidos, hay menos cansancio y utilizan el tiempo en algo útil. Aunque madrugar está entre las tres cosas más difíciles del mundo, las mañanas brindan mayores oportunidades para hacer ejercicios, por ejemplo, ya que en la tarde o noche puede traer dificultades para conciliar el sueño. 

Debido a que usas las mejores horas del día para estar activo, esto te permite planificar y organizar mejor tus tareas, verlas desde un ángulo favorable, con ideas que puedan generar soluciones claras o resiliencia, ser eficiente entre un trabajo y otro. El ser ordenado y desempeñarte con arreglo traerá: paz, paciencia, tolerancia, templanza, sobriedad, moderación, evitarás la prisa que preocupa, que acelera el corazón, cansa, embota los sentidos, pero lo más importante es que eliges hacer lo que quieras, y no para lo que te alcanzó el tiempo. Si adoptas el hábito de levantarte temprano, sentirás deseos de dormir en momentos acordes con tu condición, es posible que quieras realizar una siesta, que trae múltiples beneficios físicos y mentales, al renovar energías y fuerzas, para continuar en tu eficiente labor.

Se menciona figurativamente el reloj biológico del cuerpo, que despierta según la adaptación y si se cambia la rutina y el subconsciente de despertar y levantarse temprano, puede transformar lo que se es y lo que se hace. Se podría fundamentar, lo expuesto con un Estudio Canadiense, donde asegura que: ¨ Las personas que se levantan temprano, muestran mayores niveles de afecto positivo, son más alegres, optimistas, entusiastas, y amorosos¨, esto faculta para pensar que los que se levantan tarde podrían ser: perezosos, incompetentes, irresponsables, inmaduros, sin tener cariño natural y depresivos.

Estudios recientes han confirmado, resultados diferentes a lo planteado anteriormente y aseguran que los que se levantan temprano, están propensos a: enfermedades, refriados, migrañas, dolores musculares, debido a la segregación de la hormona suprarrenal, cortisol, que se estratifica como repuesta al estrés, y hay mucho mas de esteroide en la saliva de los madrugadores, se mantiene por más tiempo en la boca, de estos, que en la de los que se levantan tarde. Por eso el profesor Neil Douglas advierte: ¨Hay muchos factores que influyen en los niveles altos de cortisol en el cuerpo, incluyendo la edad y la obesidad¨, por eso es raro que un niño padezca algún tipo de patología, por ello, es propio de adultos, que deben afrontar su decisión de a qué hora levantarse. Está relacionado con el cronotipo de cada persona, para determinar qué es lo mejor, si quedarse en cama o de pie en ese momento. No se puede establecer un horario, como una panacea o algo estándar que aplique por igual a todos los individuos, es muy subjetivo, no hay una verdad única o universal en esto; solo atiende a los requerimientos o necesidades particulares, sujeta a: la edad, estado de salud física, mental, emocional y espiritual; valdría la pena hacerse un autoexamen, sobre cuando se rinde más en el trabajo o estudio, se siente mejor bienestar en la familia o la sociedad, conocer cuál de las dos opciones afecta positivamente las facultades: cognoscitivas, psicomotoras y afectivas, así dar preferencia o seleccionar la más apropiada; ya que una afirmación taxativa, en cuanto a lo planteado podía traer: desacuerdos, contracciones en la manera de pensar, sentir diferentes y subjetivamente.

Por lo visto cada persona elige lo ideal según: su criterio, homeostasis, cronotipo y aprendizaje introspectivo. De allí que se aconseje ser: comprensivo, buen oidor, generoso, no sacar conclusiones a priori, ni juzgar a otros que tengan necesidades de descanso según la exigencia de su organismo.

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